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lunes, junio 25, 2012

¡Pánico valvular! Customiza tu ampli




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Jon de la Cruz Ikazategi

Cuando adquirimos un equipo a válvulas hay que asumir que, para sonar en las mejores condiciones y, lo que es más importante, contar con buena fiabilidad en el escenario, debemos someter al amplificador a un cierto mantenimiento.

Fuentes de alimentación: rectificación a válvulas VS rectificación de estado sólido
La fuente de alimentación de un amplificador es un elemento clave en su topología: es la encargada de alimentar y hacer que funcione todo el amplificador. Es, por lo tanto, parte fundamental para su correcto funcionamiento, pero no sólo eso: dependiendo de sus características, influirá definitivamente en el sonido resultante.

Las fuentes de alimentación se forman de varias partes, pero fundamentalmente de un transformador, encargado de transformar la tensión alterna de la red de distribución eléctrica a las diferentes tensiones alternas con las que trabaja (filamentos, alta tensión, circuito de conmutación…); un rectificador (o varios), que puede ser de estado sólido o a válvulas y que se encarga de transformar la tensión alterna en continua ; una etapa de filtrado que filtra las oscilaciones para conseguir una tensión más estable (reducir el rizado).

Una clasificación rápida de las diferentes fuentes de alimentación podría ser: rectificación a válvulas y rectificación de estado sólido. La rectificación a válvulas no es necesariamente mejor ni peor que la rectificación de estado sólido, son simplemente diferentes. Generalmente, la rectificación a válvulas da un sonido más comprimido, y la de estado sólido un sonido con más ataque, debido a que la respuesta de los diodos de silicio (estado sólido) es mucho más rápida que la de las válvulas. Cuando pegas un guitarrazo, exiges un incremento en la potencia de salida del amplificador grande durante un corto espacio de tiempo, que la rectificación a diodos alimenta más rápidamente que las válvulas, permitiendo obtener un mayor ataque y, por lo tanto, menor compresión. Habitualmente, en estilos como el metal o el hard-rock se suele preferir la rectificación a diodos, y la rectificación a válvulas en estilos como el blues, rock… Aunque no deja de ser subjetivo.

La rectificación a válvulas requiere un mantenimiento extra, que no necesita la rectificación de estado sólido. Las válvulas rectificadoras (5U4, EZ81, 5Y3, GZ34…) requieren cambiarse cada ciertas horas de uso (depende mucho de las condiciones de trabajo de cada amplificador, la intensidad de uso, el trato sufrido por el amplificador, etc.). Que estén en buen estado es vital para el correcto funcionamiento del amplificador. Se pueden notar oscilaciones, pitidos, falta o aumento de la distorsión en el amplificador, que simplemente no suene…

Además, hay amplificadores, como el Dual Rectifier (y otros modelos) de Mesa Boggie, que tienen la posibilidad de usar rectificación a válvulas o de estado sólido con sólo accionar un conmutador (modificación posible en muchos modelos de amplificadores), e incluso otros amplificadores de rectificación de estado sólido implementan circuitos (o se modifican), que simulan la rectificación a válvulas con resultados sorprendentes, pero aprovechando la fiabilidad de una rectificación de estado sólido.

Otra de las partes críticas de la fuente es el filtrado. De él dependen en gran medida los graves que proyecte el amplificador y, además, según la cantidad de filtrado que tenga, el amplificador nos brindará mayor o menor grado de compresión. Si el filtrado de la fuente no está en buenas condiciones o es insuficiente, puede producir zumbidos, ruido de fondo, que el amplificador deje de sonar… Los condensadores que conforman el filtrado son electrolíticos, y están impregnados de un líquido electrolítico que con el tiempo puede llegar a secarse. La sustitución de los condensadores “secos” se conoce como recapado, y suele ser común y recomendable tener que realizarlo en amplificadores que tienen varios años encima.

Etapa de potencia
Probablemente es la parte más influyente en el sonido final. El tono y el carácter del amplificador se deben en gran medida a su etapa de potencia, y las posibilidades y configuraciones son realmente extensas.

En los amplificadores a válvulas, podemos encontrar diferentes configuraciones de salida. Clase A, Clase AB1, Clase AB2, Clase B…. Son los nombres con los que se conocen estas configuraciones. La clase A utiliza una única válvula en la etapa de potencia y ofrece baja potencia de salida. La clase AB1, AB2, B… trabaja con pares de válvulas y permite potencias de salida mucho más altas.

De nuevo nos encontramos con diferentes opciones, pero no intrínsecamente mejor una que otra. Generalmente la clase A se usa en amplificadores con un sonido vintage o bien que requieran bajas potencias. Además, la saturación de una etapa de potencia en clase A da un sonido realmente armónico y musical. Los amplificadores en clase AB o B se usan para potencias mayores, y generalmente su amplificación es más lineal.

Nos podemos encontrar diferentes válvulas en la etapa de potencia, que nos ofrecen distintas potencias y matices en el sonido. Generalmente se asocia la 6L6 (25 W y 30 W para la 6L6GC) y su hermana pequeña, la 6V6 (15 W), con el sonido americano (Fender®, Mesa Boggie®…) y la EL34 (25 W) y EL84 (15 W) con el sonido British (Vox®, Marshall®...). La 6L6 es más lineal y cristalina que la EL34, que suele tener medios más realzados y ofrece un sonido más comprimido. También podemos encontrar otro tipo de válvulas en las etapas de potencia, como la KT77, KT66 o similares (british), que tienen un sonido dulce y con mucha dinámica, o la 6550 (sonido americano), una opción de alta potencia: un cuarteto de 6550 puede dar sin problemas los 150 W.

Cambio de válvulas y ajuste de bias
Muchas veces, es difícil para el músico saber si las válvulas de potencia necesitan o no un cambio, ya que la degradación del sonido es lenta y paulatina. Algunos síntomas pueden ser: microfonismos en las válvulas, acoples, falta de potencia, de brillo o graves, variaciones de volumen… Las válvulas de potencia deben cambiarse cada ciertas horas de uso (de 2.000 a 2.500 aproximadamente), aunque esto varía en función de la intensidad del uso, del diseño, del ajuste de bias, etc.

El cambio de válvulas en los amplificadores requiere generalmente un ajuste de bias (hay circuitos autopolarizados), esto es, ajustar el punto de polarización de las válvulas de la etapa de salida. Las válvulas presentan tolerancias de fabricación realmente grandes y, por lo tanto, las diferencias entre válvulas de la misma marca y mismo modelo suelen ser importantes. Los fabricantes o distribuidores generalmente permiten comprar dúos o cuartetos de válvulas emparejadas que tienen las mismas (o parecidas) características técnicas. Para un buen cambio de válvulas, es necesario que éstas estén emparejadas, para que el amplificador trabaje equilibrado.

El ajuste de bias requiere, por lo tanto, que un técnico cualificado revise los parámetros necesarios y ajuste la polarización de las válvulas de potencia. Un bias frío hará que el amplificador no suene como debe, no tenga cuerpo, falten graves…. Y un bias excesivamente caliente hará que la vida útil de la válvula se acorte. El técnico debe ajustar el bias en un punto de compromiso entre fiabilidad y vida de la válvula, y buen sonido, y en su mano está conseguir el ajuste apropiado. Aparte de ajustar el bias a la hora de cambiar las válvulas, es interesante revisarlo al menos una vez entre cambio y cambio de válvulas. El desgaste de las válvulas hace que el punto de polarización varíe con el uso, y es por eso que revisarlo es interesante, a fin de reajustarlo.

Altavoces
Los altavoces son los encargados de traducir la señal eléctrica de nuestra guitarra ya amplificada y convertirla en una señal acústica. Los altavoces son esos grandes olvidados de la amplificación de instrumentos. Muchas veces, las opciones instaladas de serie en los combos no son las más apropiadas o, por lo menos, no para todos los músicos. Dependiendo del estilo de música que se haga, o de las preferencias de sonido, unos altavoces serán más apropiados que otros, y hay una gama realmente extensa de ellos.

Es importante tener en cuenta dos parámetros básicos a la hora de elegir altavoces: la potencia nominal y la impedancia. La potencia nominal es la cantidad de potencia que es capaz de soportar sin dañarse. La potencia del altavoz debe ser mayor que la del amplificador, para no provocar daños en el transductor. La impedancia es la resistencia al paso de corriente alterna que presenta el altavoz, y debe coincidir con la del amplificador. Generalmente, los amplificadores tienen más de una salida con diferentes impedancias, y debemos conectar exactamente con la que corresponda. Otros parámetros, como la sensibilidad, la respuesta en frecuencia, las pulgadas, si son cerámicos o de anilco, etc., son también importantes.

Algunos de los modelos más clásicos de altavoces son los Celestion Vintage 30 o Greenback, el P10R de Jensen o el GB12 de Eminence, aunque hay muchísimos otros con muy buena respuesta. Incluso es interesante estudiar la posibilidad de combinar diferentes altavoces en el mismo sistema o en la misma pantalla.

¡Customiza tu ampli!
Hay una cierta moda en el tema de customizar amplificadores. Hay casos en los que una modificación es interesante, bien para las prestaciones o bien para la respuesta tonal del amplificador. Sin embargo, antes de preguntarnos si el amplificador necesita una modificación, es más interesante cuestionarnos acerca de si tenemos el amplificador totalmente actualizado y con el mantenimiento en orden.

La instalación de un master volumen en los Marshall® más clásicos que no cuentan con él, selección de canal normal/vibrato en los primeros Fender® o instalar un lazo de efectos pueden darte esas prestaciones extra que necesitas.

Para mejorar la respuesta de tu amplificador o para cambiar su carácter, se pueden buscar mejores condensadores de paso de señal o variar su valor, para conseguir una modificación de la respuesta en frecuencia. También en algunos modelos es interesante hacerles HotRodding, que consiste en la modificación de los valores de ciertos componentes para hacer saturar más el amplificador, e incluso añadirles (si se puede) una válvula más que aporte más etapas de amplificación, con la finalidad de conseguir más saturación. Mesa Boogie® o Soldano ® comenzaron haciendo está práctica con Fender® y Marshall® .

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