Páginas

sábado, julio 28, 2012

El guitarrista rítmico


Bookmark and Share


Fernando Girón

Dentro de la música hay muchos factores importantes: la armonía, la melodía, el tono, el concepto, etc. Pero si tengo que quedarme con algún parámetro, debo elegir el ritmo. Los conceptos armónicos y melódicos son realmente importantes, pero el factor rítmico es crucial para poder llevar a cabo un discurso musical coherente. Tanto es así, que el ritmo se encuentra en toda expresión musical (ritmo armónico, ritmo melódico…), lo que lo hace muy trascendente. Dentro de cada estilo, podemos modificar la armonía e incluso la melodía, pero el ritmo debe estar en consecuencia con el estilo. 

Si todo lo anterior lo llevamos y lo plasmamos en la guitarra, ocurre que aparece la clásica división entre guitarra rítmica y guitarra solista, una división histórica con la que no estoy muy de acuerdo, ya que en el fondo, en lo que a ritmo se refiere, son prácticamente lo mismo, aunque una de ellas lleve la línea armónica y la otra la melódica. Adentrándonos en la guitarra rítmica, debemos resaltar algunos conceptos, como el voicing, es decir, la ordenación de las notas del acorde, el propio ritmo, el tempo y el tono para empastar con el resto de la banda. Pasemos a analizar uno a uno cada punto.

RITMO/TEMPO
Como decíamos en la introducción, el ritmo es el factor más importante a la hora de enfrentarnos a tocar algún instrumento. Vamos a darle, por tanto, la prioridad que tiene. Si entendemos como ritmo la ordenación de las notas en el tiempo, estamos hablando de algo matemático; analizándolo fríamente, consiste en dividir el tiempo con marcas o guías y colocar las notas respetando esas marcas. Por tanto, da una sensación relativamente controlable. Sin embargo, es un concepto mucho más complicado de lo que parece, ya que no sólo se trata de intelectualizar, sino también de interiorizar una sensación a la hora de tocar, y eso no es sencillo. Aquí entra en juego el propio talento o la facilidad natural que tenemos (o no) a la hora de enfrentarnos a una rítmica. Pero, como el talento no es suficiente para poder resolver los posibles problemas rítmicos, debemos intentar conseguir el mayor número de herramientas para solucionar cualquier situación rítmica que se presente. 

Por otro lado, debemos aclarar el concepto de tempo, que podemos definir como las marcas que nos sirven de guía para colocar nuestras notas. Si tocamos con un metrónomo o con una secuencia con tiempo perfecto, esas guías son equidistantes, pero como somos humanos y cometemos errores, nunca tendremos tiempo perfecto. Sin embargo, a pesar de que no podamos tocar exactamente justo “a tempo”, dentro de cada golpe de metrónomo tenemos un intervalo o entorno en el que el oído entiende que estamos tocando “a tempo”. Más concretamente, existen tres posiciones donde podemos colocarnos: Rush, Laid Back y A Tempo. Tomando como punto de partida un solo golpe de metrónomo, podemos elegir tocar un poco por delante de ese golpe (Rushing), un poco por detrás (Laid Back) o justo a tiempo, lo más cercano a la perfección (A Tempo). En muchos casos, es preferible tocar por detrás (Laid Back) o justo a tiempo, y lo más cerca posible a lo que sería tocar sobre el beat. En pocas ocasiones se busca tocar por delante (Rushing), ya que imprime una sensación de nerviosismo. Pero debemos decir que, en ciertos círculos, existe una sobrevaloración de tocar por detrás (personalmente, creo que tocar justo a tiempo, y por tanto lo más pegado al metrónomo posible, es una solución que funciona en casi todos los casos). En cualquier caso, estos tres conceptos nos van a ayudar a controlar muchas situaciones que pueden hacer que algo que realmente parece sencillo se complique. 

La conclusión es que, si nuestro papel en un momento determinado es el de guitarra rítmico, debemos centrarnos en aquel que mande rítmicamente en el grupo, en la mayoría de los casos, el batería. Esto quiere decir que tenemos que hacer “piña” con el bajista y el batería e intentar estar en la misma posición del beat, para poder sonar muy empastados. Una vez más, tocar con algo que tenga tiempo perfecto, es decir, un metrónomo o un batería con metrónomo, ayuda a no acelerarnos o retardarnos, y a tener un mejor tempo interno.

ARMONÍA
Una vez explicado el concepto de ritmo, tenemos que hablar ahora de la parte armónica. Como rítmico, debemos conocer los acordes que forman la canción, así como el orden de los mismos, y averiguar qué está haciendo el bajo, para poder buscar la manera de entrar entre él y la guitarra solista, teclado o cantante. En otras palabras, hay que buscar qué posición y en qué registro debemos posicionarnos para encontrar nuestro sitio y no molestar a los otros compañeros. Para ello, es muy recomendable estudiarse todas las inversiones y triadas melódicas de los acordes, además de sumarle los intervalos, es decir terceras, sextas, quintas, etc. por todo el mástil, ya que no sabemos lo que vamos a necesitar ni el registro que nos reclamarán. 

Todo esto también varía en función de nuestra situación, de la que dependerá mucho nuestra aproximación, es decir, que según el estilo en el que estemos tocando y el formato de la banda, nos acercaremos a la guitarra rítmica de una manera u otra. Si estamos acompañando a un cantante, podemos tener un bajo y una percusión e incluso otra guitarra. Si no tenemos un gran número de instrumentos, debemos considerar aumentar el número de notas por acorde, ya que necesitamos cubrir la mayor parte del espectro. A medida que aumenta el número de instrumentos, debemos pensar en utilizar la menor cantidad de notas posibles, pero con la máxima información. Por otro lado, debemos atender al estilo de música que estemos tocando, ya que esto nos va a condicionar el voicing. Así, por ejemplo, si estamos tocando un repertorio más jazzy/fusión, las quintas juntas no deben ser nuestra prioridad, pero si estamos tocando un repertorio de rock, ese mismo intervalo es más que recomendable. Por tanto, debemos plantearnos que, al igual que existe un vocabulario dentro de la guitarra solista que tenemos que poner en consonancia con el estilo que estemos tocando, ocurre exactamente igual en el campo de la guitarra rítmica.

TONO
La última noción a tener en cuenta es el propio timbre, que utilizamos para terminar de dar forma a los conceptos anteriores y que, una vez más, depende del estilo de música que estemos tocando. Para pop/rock, funcionan muy bien rítmicamente guitarras como las Telecaster o las Gibson SG. Si la cosa se pone aún más pasada de rosca y queremos un sonido realmente cañero, deberíamos pensar en las Gibson Explorer. Por supuesto, esto no son más que casos que funcionan generalmente bien, pero no significa que cada uno de nosotros no tenga otras fórmulas igual de adecuadas. 

A nivel de amplificación, la guitarra rítmica es mucho más flexible que la solista, y nos permite relajarnos con respecto a qué pedal utilizar o no. Es un tipo de guitarra que no suele modificar mucho su sonido en un repertorio.

GUITARRISTAS RÍTMICOS
En este último apartado vamos a analizar unos cuantos guitarristas conocidos, entre otras muchas cosas, por realizar un gran trabajo en la rítmica:

• MALCOM YOUNG:
El mayor de los hermanos Young, miembro fundador de AC/DC, es uno de los grandes guitarristas rítmicos de la historia del rock. Su concepto de tocar con mucho peso y un sonido crunch pero contundente lo ha convertido en el corazón de la banda. Su guitarra es una Gretsch Jet Firebird que ha mantenido durante años. 

• JAMES HETFIELD
El cantante y guitarrista rítmico del grupo Metallica es conocido por sus dotes de frontman, pero su gran trabajo en la rítmica a veces pasa muy desapercibido. Pasó gran parte de los 80 y 90 equipado con su Explorer y Mesa Boogie, Su mano derecha es capaz de tocar riff solo “a púa”, de forma más rápida y precisa, que lo que nosotros podemos hacer utilizando la técnica púa- contra púa. 

• SCOTT IAN
En cuanto a sonidos más duros, vamos a pensar en una banda como ANTRHAX, que en sus filas tiene a Scott Ian, con un gran sonido y, sobre todo, un gran tempo e ideas rítmicas. 

• IZZY STRADLIN
Fue el guitarrista rítmico de los Guns n´Roses, grupo con el que escribió bastante éxitos. Se le solía ver con una Grestch o una Telecaster. Su gran sonido crunch y su discreción hacen que sea una pieza angular en una de las bandas más conocidas del mundo. 

• STONE GOSSARD 
El guitarrista rítmico por excelencia del movimiento grunge. Stone Gossard toca en Pearl Jam, y en él recae gran parte de la composición de la banda. Este músico se puede permitir cualquier cosa, aunque es frecuente verle con Les Paul, Stratos o Telecaster. 

• DAVE GROHL
El que era batería de Nirvana pasó a liderar una banda donde tocaba la guitarra y cantaba. Hay que destacar su gran tempo, posiblemente debido a su antigua faceta de batería. Su principal guitarra es la Gibson Firebird.

Esta lista podríamos eternizarla pero creo que, dentro del rock/pop, son unos ejemplos bastante populares y, quizá, cuando volvamos a escucharlos, lo haremos con otros oídos.

CONCLUSIÓN
A lo largo del artículo, hemos tratado de dar a conocer la importancia de la guitarra rítmica. Debemos pensar en ella como algo tan importante o más que la solista, ya que es la que va a servirnos para hacer sonar las canciones y, sobre todo, es ella la responsable de hacer la vida más fácil al cantante o solista.



No hay comentarios:

Publicar un comentario